Vacior
Acrílico sobre Kapaline
Información
Fecha 2004
Expuesto en Sala José Hierro
Localización Noja, Cantabria
Con sosegada insistencia, Joaquín Martínez Cano convoca en esta obra recursos tomados de un amplio espectro de las
"correspondencias" con lenguajes y hechos del pasado. Si bien es cierto que sus obras más corales tienen algo de teatrales
composiciones barrocas, también son ficciones cinematográficas las que, sin cuerpo ni volumen acuden de forma recurrente
a sus creaciones. Practica homenajes que van del manierismo al romanticismo: Velázquez, El Greco, Poussin, Giorgione, Caravaggio
o Géricault. En otras ocasiones sus negras y aterciopeladas sombras buscan inspiración en viejas fotografías para
superar la trivialidad de hechos y técnicas, transformándolos en sólidos frisos monumentales.
En definitiva, tal y como se enseñaba en las viejas Academias, muchos de los problemas de composición artística dependen
del adecuado equilibrio entre llenos y vacíos, entre ausencias y presencias, entre luces y sombras... Martínez Cano, no obstante,
logra algo sorprendente: consigue mantener el equilibrio mientras potencia elementos, temas y técnicas contradictorias. Concilia
inspiraciones clásicas con temas recientes. Sus composiciones barrocas, escorzadas, con agresivos traslapos y sombras intensas,
conviven en armonía con unas superficies planas armoniosamente dispuestas en bandas de color. Y todo con una técnica original,
casi artesanal: un delicado puzzle de pequeñas piezas recortadas en cartón-pluma Desde la distancia, el conjunto permite una
sólida lectura organizada, levemente potenciada por el relieve. Pero desde cerca nos descubre un inquietante paisaje de máscaras
y pliegues, de recodos y negros agujeros, con potentes calidades plásticas.
Luis Sazatornil, 2004.